- periodismo13
- 26 sept 2019
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Actualizado: 14 dic 2019
Elizabeth Rodríguez Martínez, conocida como La Amapola de Venezuela, radica en Perú desde hace 7 años. Como todo inmigrante, Elizabeth dejó su país, y migró al Perú en busca de algo mejor para su familia. Actualmente Elizabeth recorre parte de nuestro país deleitando a cada persona que se detiene a escuchar su melodiosa voz, y es que, a Elizabeth siempre le llamo la atención el arte y la música.
En Venezuela tenía una ferretería, carro y casa, ahora solo son sus dos maletas y ella.
Los boleros de antaño es el género que domina y por el cual se siente orgullosa al saber que hay peruanos que apoyan esta música y comparten sus inolvidables momentos con ella, ya sean personas de tercera edad, jóvenes o adultos.
“Hay jóvenes que se me acercan y me dicen para cantar juntos, para aprender el bolero y me animan a seguir cantando”, cuenta Elizabeth Rodríguez muy emocionada.
Si bien, lo que gana cantando no es una cantidad considerable, Elizabeth está completamente satisfecha de poder compartir la música y que aprecien el arte, y a pesar habernos confesado no creer en el amor, el cariño de quienes la rodean es lo que le motiva aún más a seguir haciendo lo que realmente le gusta, cantar.
No solo en Lima y en Trujillo, sino que además, ya ha visitado ciudades como Ica y Pisco donde con su voz y su “cuatro venezolano”, un instrumento de cuatro cuerdas, ha venido ganándose el corazón de los peruanos. Es ahí el nombre Amapola, al igual que la canción, Elizabeth le gusta ir lejos y estar sola, y con esa letra se identifica.
El músico callejero, que anda en restaurantes y buses gana hasta 100 soles diario; pero el que está estable, así como Elizabeth, gana 20 o 30, a veces las personas le colocan billetes de 10 y sube a 50 soles, manifiesta Elizabeth, pero el regocijo lo encuentra en los halagos de la gente, todo eso la anima. Lo que gana le alcanza para vivir, porque la idea no es hacerse rica, el objetivo es poder alimentarse y pagar la habitación.
Y pese a la situación que se vive en su país natal, al llegar a Perú, la música no fue en lo único que se aferró, también se le -abrieron puertas para que pueda establecerse junto a sus hijos, y en Lima tuvo la oportunidad de abrir un lugar de masajes, que es actualmente el sustento para sus mayores hijos. Elizabeth Rodríguez Martínez empezó como masajista y puso un local de masajes en Chorrillos- lima. Posteriormente cantaba con peruanos y le fascinó, fue como se dedicó enteramente a cantar; desde hace 3 años sus hijos se encuentran establecidos en Lima, a cargo del local de masajes. Elizabeth lleva aproximadamente 6 meses en Trujillo, y desea establecerse en esta ciudad.
En Venezuela muchas veces la han llamado loca, por andar haciendo música en la calle a esta edad. Perú no he pasado por algo parecido, los peruanos tienen oído musical, saben apreciar el arte. Con sus 66 años, Elizabeth no le teme al qué dirán, pues sabe que haciendo lo que le apasiona y sin dañar a nadie, puede ser feliz y hace feliz a los demás.

Autor: Fatima Alcantara
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