- periodismo13
- 5 oct 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 14 dic 2019
A veces creemos que la vida de un vendedor ambulante solo es eso, vender algún producto, pero te has preguntado alguna vez, ¿cuál es el otro lado de la vida de este personaje? Cada uno tiene vidas distintas, hoy te contaré una de estas.
Salíamos de la Universidad en grupo de tres cuando caminando por la Av. Larco, empezamos a percibir el olor de los ricos anticuchos caminamos unos pasos más allá y divisamos un puesto ambulatorio de anticuchos que se encontraba en el Pje. Los Paujiles con la Av. Larco entonces, nos acercamos a este, saludamos muy amablemente a la señora vendedora y proseguimos a entrevistarla.
Muy amablemente, aceptó la entrevista, su nombre es Fanny Flores Mora, nos comenta que ella empezó muy joven a trabajar, no recuerda exactamente desde cuándo, cree que a los 15 años aproximadamente.
Todo este esfuerzo que viene realizando es para sacar adelante a sus dos hijos, ya que es madre soltera y no cuenta con el apoyo de su esposo, el padre de sus hijos. Sin embargo, su hijo mayor, gracias al esfuerzo constante de su madre, es ya un ingeniero, por otro lado, su segundo hijo está en la UPN estudiando Ingeniería Electrónica y todo gracias a su negocio.
Nos comenta que su jornada de trabajo, en este pasaje es desde las 4:30 de la tarde hasta las 9 de la noche, pero ahí no empieza su rutina diaria, se levanta muy temprano para ir al mercado zonal de su vivienda a comprar los insumos para sus anticuchos a las 7 de la mañana para luego llegar a casa a las 8:30, luego descansa un rato y prepara su negocio hasta las 10:30 o 11:00 prepara todo para su día.
Y como toda madre coraje, afirma que no dejará su negocio hasta no ver a su hijo menor, volverse profesional y triunfar al igual que lo ha logrado el mayor. Y así poder sentirse orgullosa y agradecida por su esfuerzo y dedicación en todos estos años en los cuales su madre ha trabajado día y noche por ellos.
Autor: Yolanda Goicochea
Comments